Infección de orina en gatos
Licenciada en Veterinaria por la Universidad Alfonso X El Sabio desde 2009 y especializada en pequeños animales, perros, gatos y roedores.
Cuenta con su propia clínica veterinaria, donde dan servicio de consulta, pruebas de laboratorio y diagnóstico, hospitalización y cirugía.
Los gatos de forma rutinaria utilizan el arenero cuando quieren orinar. Lo normal es que lo hagan dentro y mientras lo hacen no muestren maullidos ni otros síntomas de molestias.
Las infecciones de orina en gatos son muy frecuentes y recurrentes, y tienden a tener de base una causa bacteriana.
¿Cuáles son los síntomas?
Los gatos que presentan una infección urinaria, pueden tener los siguientes síntomas:
- Orina con sangre.
- Aumento en la frecuencia de ir al arenero, pero orinan muy poca cantidad o incluso nada.
- Orina fuera del arenero, recogedor, bolsas…
- Maullidos mientras orinan. Suelen ser síntoma de dolor, escozor, etc.
¿Qué debemos hacer?
Cuando vemos que un gato tiene alguno de los síntomas anteriores, es muy importante acudir al veterinario, quien, a través de diagnósticos diferenciales, podrá explicarnos cuál es la causa y tratar al animal antes de tener más consecuencias.
Mediante pruebas complementarias podrán ir descartándose causas de la infección:
Analítica de orina
Mediante una muestra de la orina del gato, el veterinario podrá observar el sedimento de ésta y valorar si existe una infección, cristales de estruvita o de oxalato u otras alteraciones.
La orina debería ser cultivada en el laboratorio para confirmar si existe infección y saber cuál es la bacteria causante con el antibiograma y cuál es el antibiótico de elección para tratarlo cuanto antes.
Esta orina puede traerla el propietario en una jeringa cuando acuda al veterinario (recogida espontánea), o bien directamente la cogerá mediante cistopunción (ecoguiado).
Ecografía
Nos servirá para valorar la vejiga. Es importante que esté distendida y llena de orina, si no, no será valorable.
Radiografía
Mediante esta prueba, descartaremos que haya piedras en la vejiga, por ejemplo, que sea la causa de esa infección de orina.
Una vez sepamos cuál es la causa de la infección, se instaura un tratamiento antibiótico y antinflamatorio para evitar dolor y molestias.
¿Se puede esperar a ver si remite solo?
La respuesta es no, sobre todo si se trata de un gato macho.
Cuando hay una infección de orina, la uretra del gato puede inflamarse tanto que, dé lugar a una obstrucción uretral, cerrándose ésta en forma de tapón por la inflamación y provocando que el gato no pueda orinar.
Irá a la arena a intentará orinar, pero no hará (si lo pensamos, es un síntoma de infección de orina, pero puede que esté obstruido), maullará, estará decaído…
Si está obstruido el conducto, la orina no podrá salir y seguirá acumulándose en la vejiga, provocando molestia, dolor y lo más importante llegará a dar lugar a una insuficiencia renal.
No mejorará hasta poner una sonda urinaria que le permita orinar.
¿Se puede evitar si es propenso a esto?
Si un gato tiene infección de orina, lo que debemos intentar es, mediante el cultivo de orina, averiguar cuál es la bacteria causante para eliminarla con el antibiótico adecuado y utilizando esta medicación el tiempo correcto.
Si damos el antibiótico dos o tres días, seguramente el animal mejore, pero la bacteria seguirá ahí; no se deben suspender los tratamientos sin terminar el ciclo correcto, si no podría remitir su efecto.
En ocasiones, se habla de cistitis idiopáticas, cuando se trata de gatos cuya alimentación es correcta, no existen piedras en la vejiga ni en el sedimento signos de infección. La causa puede ser sin más estrés felino. Cambio de casa, personas nuevas en el hogar, niños… cualquier cosa que pueda suponer un cambio en la vida de nuestra mascota.
Existen protectores de vejiga a base de glucosaminoglicanos, que ayudan a que este proceso vaya mejor; pero la mejor manera de que vaya bien es acudir al veterinario en cuando veamos el primer síntoma.
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