El gato British shorthair
Licenciada en Veterinaria por la Universidad Alfonso X El Sabio desde 2009 y especializada en pequeños animales, perros, gatos y roedores.
Cuenta con su propia clínica veterinaria, donde dan servicio de consulta, pruebas de laboratorio y diagnóstico, hospitalización y cirugía.
Los British shorthair son la raza de gatos británica más antigua. Por su aspecto parecen “osos de peluche”, ya que tienen una cara muy redonda, grandes ojos ovalados y un cuerpo bastante compacto. Además, su pelo es esponjoso y suave.
Son gatos muy cariñosos e ideales para vivir con niños. Desde pequeños van dando poco a poco a conocer su carácter como otros gatos, pudiendo ser más tranquilos, más juguetones, o más o menos activos.
Es importante educarles desde que son cachorros y acostumbrarles a una serie de hábitos que en la edad adulta, resultarán mucho más complicados:
- Rascadores y zonas de juego o descanso.
- Cepillado e higiene.
- Corte de uñas.
Si desde que son pequeños les educamos a todo esto, cuando sean gatos adultos, no pondrán ningún problema y sobre todo, no se sentirán amenazados con estas normas.
Aunque son gatos tranquilos, también les gusta jugar, y por tanto, cualquier actividad que implique que se escondan o en la que hay zonas donde puedan subirse y estar altos les divertirán.
¿Cuáles son sus características?
Los British shorthair, como su propio nombre indica, son gatos de pelo corto, con la cabeza grande y redonda. Tienen la nariz ancha y corta y sus ojos son grandes y ovalados.
Además, poseen cuerpos compactos con patas cortas y manos anchas y un pelaje suave.
Pueden tener varios colores:
- Azul, blanco, negro.
- Crema, tricolor, rojo.
- Bicolor, arlequín, Tabby o atigrado.
El color de sus ojos tiende a ir acorde al color de su pelo, pudiendo ser estos marrones, cobre, azul o verde.
Por ejemplo, en el caso de los gatos del color conocido como tabby, suelen tener ojos marrones.
¿Cuál debe ser su alimentación?
Como cualquier otro felino, los British shorthair deben tener una dieta equilibrada, tanto en piensos comerciales secos como en húmedos, además se deberá aportar el porcentaje de proteínas adecuado y también de taurina, imprescindible en los gatos.
Si utilizamos pienso, habrá que elegir aquel cuya croqueta le sea fácilmente masticable y no sea un tamaño superior al que debería.
Además, en caso de esterilizarle, se deberán controlar los gramos tanto de pienso seco como del húmedo para evitar sobrepeso y enfermedades asociadas a esta patología.
¿Qué cuidados debe tener?
Este tipo de animal no nos quitará mucho tiempo, necesitará eso sí, lo imprescindible:
- Agua y comida: siempre adecuada al peso y estado corporal.
- Arenero limpio: que nos servirá para controlar sus orinas y heces.
- Cama: donde pueda resguardarse o descansar.
- Rascador: para así limarse las uñas y poder evitar que lo haga en sofás u otro tipo de mobiliario.
- Juegos: y lugares donde esconderse.
- Mantenimiento del pelo: mediante cepillado para quitar el cabello muerto.
¿Cuáles son las patologías más frecuentes?
Se deberá llevar a cabo un buen control veterinario, tanto en vacunaciones como en desparasitaciones.
Para ello, el veterinario valorará el animal y recomendará que es lo mejor para él. Recuerda que MAPFRE cuenta con un seguro para Mascotas que tiene, entre otras coberturas: asistencia veterinaria del animal, incluyendo gastos de consulta, pruebas diagnósticas, análisis de laboratorio, intervenciones quirúrgicas, hospitalización y gastos de asistencia veterinaria a domicilio. ¡Consulta las ventajas y deja a tu gato siempre en buenas manos!
Existen algunas enfermedades que deberemos controlar:
- Problemas renales: como insuficiencia, quistes u obstrucciones urinarias.
- Problemas víricos o parasitarios: en caso de no tener un buen protocolo vacunal o parasitario.
- Cardiomiopatía hipertrófica: que aparece en algunos gatos y debe ser controlada.
- Sobrepeso: en caso de animales esterilizados, esto podrá dar lugar a empeoramiento de problemas articulares.
- Enfermedades sanguíneas como hemofilia A.
- Cualquier otra que pueda aparecer en cualquier otra raza.
El british es una raza cariñosa y recomendable siempre que podamos dedicarnos a ella y es fundamental, contar con un veterinario que conozca la raza para consultar dudas, o si surge cualquier otro problema.
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