¿Los gatos pueden comer queso? ¿Es bueno?
Licenciada en Veterinaria en el 2010 y con titulo de especialización de animales exóticos y salvajes por la Universidad Complutense de Madrid. Veterinaria senior en la Clínica Zarzaquemada.
La naturaleza de la dieta de un felino se compone casi exclusivamente de carnes. Su cuerpo está adaptado para digerir y absorber nutrientes de fuentes animales, lo que incluye una alta concentración de proteínas y grasas, y cantidades muy bajas de carbohidratos.
Respecto a la digestión de la lactosa hay que tener en cuenta que la mayoría de los gatos son intolerantes a la lactosa, es decir, al azúcar presente en la leche y otros productos lácteos.
Cuando los gatos son cachorros se produce una enzima que es la lactasa, que se encarga de ayudar a la digestión de la leche en el momento de la lactancia materna. Pero a medida que los gatos van creciendo, la producción de esta enzima va disminuyendo, dificultando la digestión de la lactosa.
¿Se puede incluir el queso en la dieta de los gatos?
El queso no debería ser parte de la dieta de un gato, aunque en ocasiones, lo podríamos dar como una golosina, teniendo en cuenta ciertas consideraciones:
Intolerancia a la lactosa
Teniendo en cuenta que la mayoría de los felinos son intolerantes a la lactosa, darles queso podría producir problemas gastrointestinales como vómitos o diarreas, también es verdad que algunos gatos pueden tolerar pequeñas cantidades y no mostrar ninguno de los síntomas anteriormente nombrados.
Contenido graso y calórico
El queso es un nutriente rico en grasas y con alto valor calórico. Los gatos necesitan ingerir grasa en su dieta, pero un exceso de grasa puede conllevar problemas graves en la salud del animal como obesidad e incluso producir una pancreatitis.
La obesidad es un problema muy común en los animales domésticos, esto lleva a problemas graves en la salud como la diabetes, la lipidosis hepática y enfermedades cardiacas.
Contenido en sal
Muchos de los quesos comerciales tienen un alto contenido en sal. Este exceso puede llevar al animal a tener problemas renales e incluso a la deshidratación, ya que los gatos no ingieren gran cantidad de agua.
¿Qué beneficios tiene el queso para un gato?
- Fuente de proteína: aunque no es necesario, el queso puede proporcionar una pequeña cantidad de proteína adicional.
- Palatabilidad: algunos gatos pueden encontrar el queso muy apetitoso, lo que puede ser útil para la administración de medicamentos.
¿Tiene algún riesgo darle queso a mi gato?
- Problemas digestivos: la intolerancia a la lactosa puede ocasionar diarreas, vómitos y malestar general.
- Obesidad y problemas relacionados: el alto contenido en grasa puede contribuir al aumento de la obesidad y conllevar problemas graves en la salud del animal debido a ese aumento de peso.
- Problemas renales: el alto contenido en sal puede afectar al funcionamiento renal.
¿Qué tipo de queso podría comer mi gato?
Como ya hemos explicado anteriormente el gato puede tener intolerancia a la lactosa, mostrando sintomatología intestinal. Sin embargo, si tu gato no muestra síntomas adversos (vómitos o diarreas), se puede ofrecer en pequeñas cantidades.
Para ello, hay unos quesos más recomendables que otros, que son los quesos bajos en lactosa como:
- Queso Cottage: es bajo en lactosa y más fácil de digerir para los gatos
- Queso cheddar envejecido: debido al proceso de envejecimiento es bajo en lactosa
- Queso Suizo: es otro queso envejecido que contiene poca lactosa.
- Quesos sin lactosa: en estos siempre buscaremos que sean bajos en grasa y sal.
Recuerda que estos deben de ser ofrecidos solo como “chuches” y de forma ocasional, siempre y cuando el animal no muestre ninguna reacción adversa.
Alternativas saludables
Para aquellos que buscan dar a sus gatos un pequeño premio sin los riesgos asociados al queso, pueden utilizar productos específicos diseñados para gatos con sabor lácteo, pero sin lactosa, como ciertos yogures o quesos especiales para mascotas que han sido tratados previamente.
Conclusión
El queso no es un alimento necesario ni ideal para gatos. Los riesgos asociados con la intolerancia a la lactosa, el alto contenido de grasa y sal y el potencial para contribuir a la obesidad hacen que no sea una buena opción para nuestras mascotas. Si decides darle queso como una golosina ocasional, hazlo con moderación y observando cualquier signo de malestar en el animal.
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