Una ardilla como mascota
Licenciada en Veterinaria por la Universidad Alfonso X El Sabio desde 2009 y especializada en pequeños animales, perros, gatos y roedores.
Cuenta con su propia clínica veterinaria, donde dan servicio de consulta, pruebas de laboratorio y diagnóstico, hospitalización y cirugía.
Las ardillas son pequeños mamíferos que tienden a verse en los parques o en zonas en libertad, pero que también se pueden tener como una mascota o animal de compañía. Existen diferentes tipos, pero la que comúnmente suele encontrarse en los hogares es la ardilla siberiana.
Las hembras son más pequeñas que los machos, llegan a medir de 10 a 15 cm, contando desde la punta del hocico a la punta de la cola. Su pelaje corto suele ser color canela con unas rayas de distintas tonalidades que recorren su cuerpo.
Las ardillas son animales sociables y a veces cuando viven en cautividad, más tímidas de lo habitual. Debemos pensar que cuando están en libertad, viven en zonas de bosques y árboles y pueden trepar a esconderse o buscar comida por los árboles gracias a sus uñas, mientras que cuando las tenemos en casa, pueden asustarse fácilmente, y no pueden escapar al estar dentro de una jaula.
Este tipo de roedor se diferencia de otros en que es diurno, es decir, duermen por la noche y están más activos por el día. Si estamos pensando en adquirir una ardilla, sería recomendable que tenga mínimo 8 semanas y que ya coma sola, así podremos:
- Acostumbrarla a nosotros, a las manos, los gestos, los ruidos.
- Mostrarle su zona de descanso y en la que va a pasar el día desde pequeña.
- Hábitos, como su alimentación.
- Si elegimos una ardilla adulta, será más probable que no deje que la acariciemos o le cueste más acostumbrarse.
Las ardillas no deberían ser una elección en una casa con niños. A pesar de ser muy divertidas, no son animales que se dejen acariciar o coger en brazos, les gusta ser independientes y que no las atosiguen. Además, pueden asustarse y saltar o huir. No sería la primera vez que una ardilla se siente en apuros e intenta escaparse.
¿Qué cuidados necesita?
Hábitat
Las ardillas en cautividad viven en jaulas y éstas deben tener un tamaño adecuado para que nuestra mascota pueda saltar, subir y bajar. Por ello, lo ideal es que tenga la máxima altura posible, para que el animal se sienta cómodo.
Si la tenemos desde pequeña, podremos acostumbrarla a que salga de la jaula, son animales muy inteligentes y pronto entenderá que su nuevo hogar es un lugar seguro. Pero para ello, al principio, tendremos que tener cuidado para que no se asuste, ya que en ese caso, buscará sitios altos como estanterías o muebles y será muy difícil cogerla. Además, son muy rápidas, por lo que si corre o salta estando muy asustada, podría llegar a escaparse.
Es aconsejable que la jaula tenga una zona de descanso o nido donde pueda esconderse y además descansar. Debemos evitar que se encuentre en corrientes de aire o en zonas donde el sol incida directamente.
Podemos acostumbrarla poco a poco, introduciendo la mano con comida en la palma y que ella se suba a comerla. Pronto se dará cuenta de que puede confiar en nosotros e irá acostumbrándose.
Alimentación
Las ardillas son omnívoras, por lo que, además de darles verdura varias veces a la semana, se les deben dar unas semillas y granos especiales para ellas que se incluyen como alimento principal a diario. También se pueden añadir nueces, diente de león u otros brotes de hierbas al margen de las verduras.
Otra opción son los bloques de madera o juguetes para ayudar a desgastar la dentición.
Debemos tener mucho cuidado a la hora de alimentar a una ardilla, ya que cuando abrimos la puerta para depositar el alimento, pueden escaparse. Son muy rápidas y saltarinas y sobre todo al principio, serán más huidizas.
Un veterinario especializado puede darnos buenas pautas sobre como alimentarlas e ir variando. Recuerda que MAPFRE cuenta con un seguro de animales exóticos, que incluye servicio de orientación veterinaria y consulta, además de un servicio telefónico para resolver todas tus dudas.
Cuidados veterinarios
Las ardillas pueden tener enfermedades que requieran la consulta al veterinario. En estos casos, debemos tener siempre cuidado al transportarlas, ya que son muy “escapistas”.
Las causas más comunes de visita al veterinario son:
- Parasitarias: piojos, ácaros, o sarna: sobre todo si están recién adquiridas.
- Problemas por mala alimentación que causen
- Heridas o fracturas por golpes o al saltar de un lado a otro.
Debemos, por tanto, valorar los pros y contras de tener un animal de este tipo, el cual requerirá cuidados especiales y necesitaremos tiempo, paciencia y cuidado para viva lo más feliz posible.
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