Conjuntivitis en perros y gatos

Gema García Quintero

Veterinaria Cofundadora de Clínica Veterinaria La Mota

Licenciada en Veterinaria por la Universidad Alfonso X El Sabio desde 2009 y especializada en pequeños animales, perros, gatos y roedores.

Cuenta con su propia clínica veterinaria, donde dan servicio de consulta, pruebas de laboratorio y diagnóstico, hospitalización y cirugía.

 

 

¿Cómo podemos saber si nuestro perro o gato tiene conjuntivitis? Independientemente del animal que sea, deberemos fijarnos en algunos síntomas muy comunes, como enrojecimiento de los ojos, gran cantidad de lágrimas, formación de legañas que no son habituales, molestias y dolor ocular. Los gestos más habituales de nuestra mascota cuando tiene conjuntivitis son dos fundamentalmente: intentará tocarse los ojos y además, no abrirá los párpados de forma normal.

¿Qué es una conjuntivitis?

Empezaremos describiendo que es la conjuntiva: se trata de una membrana, que protege al ojo de agentes externos entre otras cosas, además de ayudar en la formación de lágrima. Esta membrana también recubre la cara interna de los párpados en su cara interior y la esclera, que es la zona blanca del ojo.

Cuando esta membrana se inflama, entonces podremos decir que tenemos una conjuntivitis.

Será muy distinto tener una patología así en perros que, en gatos, pero las causas sí que pueden ser compartidas entre ambas especies.

¿Cuándo debo acudir al veterinario?

Los perros y gatos pueden presentar molestia en los ojos y no tener ningún síntoma más que estar más raro, no querer comer…Se trata de un órgano bastante delicado y cuanto antes se trate la patología que tenga, mejor resultado tendrá que si esperamos unos días “a ver qué pasa”… Debemos acudir al veterinario cuando observemos lo siguiente:

• Lagrimeo continuo, tanto en perro como gato si nunca lo ha tenido.
• Legañas verdes, o amarillas que impiden abrir bien el ojo.
• Rascado con la mano de la zona de la cara u ojo.
• Muy urgente acudir en seguida si presenta el ojo cerrado.
• Ojos rojos o membranas que nunca antes habíamos visto.

El Seguro para Mascotas MAPFRE garantiza la asistencia veterinaria del animal, incluyendo gastos de consulta, pruebas diagnósticas, análisis de laboratorio…De esta manera, mediante una exploración y unas pruebas a ambos ojos, el especialista podrá saber si se trata de una conjuntivitis y podrá descartar la causa e instaurar un tratamiento para ver la evolución del ojo.

¿Cómo se clasifican las conjuntivitis?

Podemos hacer dos grupos en función de cuál sea la causa:

Conjuntivitis infecciosas

Son aquellas cuya causa principal ha sido un agente infeccioso. Dentro de este grupo podremos subclasificarlas en:

• Conjuntivitis bacteriana: provocada por varios tipos de bacterias, puede ocasionar picor, legañas y molestias. Suele afectar a los dos ojos y el tratamiento con gotas de antibiótico tiene buenos resultados. Afecta tanto a perros como a gatos.
• Conjuntivitis vírica: podemos decir que afecta más a los gatos. Existen por ejemplo el herpersvirus y Calicivirus. Afecta a gatitos muy jóvenes, que presentan los ojos muy mal e inflamados, y apenas pueden abrirlos. Aunque el virus afecta al gato en todo el cuerpo, con tratamiento ocular y a veces sistémico, pueden mejorar y llevar una vida normal.
• Conjuntivitis parasitaria: esta ocurre cuando la causa de la inflamación de la conjuntiva es un parásito, por ejemplo, las thelazias, son comunes en zonas de árboles frutales. Una mosca deposita huevos en los ojos del perro y terminan saliendo unos pequeños gusanos casi transparentes. Hasta que no sean eliminados, la conjuntiva seguramente no mejore.

Será el veterinario el que, en una exploración y pruebas complementarias, podrá darnos información sobre qué tipo de infección tiene nuestra mascota y poner el mejor tratamiento en cada caso.

Conjuntivitis no infecciosa

No está provocada por un agente infeccioso, y podemos clasificarlas en:

• Conjuntivitis traumática: ocurre cuando la causa de la inflamación en la conjuntiva se debe a un traumatismo o incluso a un cuerpo extraño, por ejemplo: espigas, palos clavados dentro del ojo, golpes contra otro perro. Es una urgencia atenderlo cuanto antes, para evitar la formación de ulceras corneales.
• Conjuntivitis alérgica: puede producirse de varias maneras:
  • Agentes como lejías, ambientadores, tóxicos.
  • Picaduras de insectos o por ejemplo inflamaciones en casos de procesionaria del pino.
  • Alergias ambientales que hagan que se inflame la conjuntiva, similar a lo que ocurre en medicina humana.

Por tanto, la conjuntivitis es una patología, que cuanto antes se sepa la causa y se ponga tratamiento, mejor pronóstico tendrá. Es por ello que, ante cualquier duda sobre el ojo de nuestro perro o gato, debemos acudir al veterinario para una buena evolución.