Cómo enseñar a un perro a dormir en su cama
Licenciada en Veterinaria por la Universidad Alfonso X El Sabio desde 2009 y especializada en pequeños animales, perros, gatos y roedores.
Cuenta con su propia clínica veterinaria, donde dan servicio de consulta, pruebas de laboratorio y diagnóstico, hospitalización y cirugía.
Cuando tenemos un cachorro en casa, le abrazamos, le consentimos, jugamos y le enseñamos trucos nuevos, y es lógico, ya que lo que más nos apetece es disfrutar con nuestro nuevo compañero peludo. Pero no debemos olvidar que es un periodo de aprendizaje muy importante para él, por eso cosas muy básicas que a veces pensamos que aprenderá solo, es el momento de afianzarlas. Estos son algunos ejemplos:
- Los horarios de la comida: cuándo comerá, dónde y qué rutinas debemos marcar para administrar el alimento.
- Los paseos: turnos y hábitos, juegos y sitios donde pasear.
- El baño: cómo hacerlo, limpieza de orejas, corte de uñas, etc.
- Lugares habituales donde permitiremos que entre o de lo contrario no lo haga.
- Sitio donde vaya a dormir.
Todas estas cosas, que parecen normales, debemos intentar que el perro las respete desde pequeño, ya que, en ese momento, será como una “esponja” e irá absorbiendo los conocimientos hasta convertirse en un adulto completamente educado.
Existen perros que a los que se les permite dormir en el dormitorio del propietario o incluso en la cama y más adelante, por circunstancias de la vida, puede que ese hábito cambie. Por ejemplo, con la llegada de un bebé a casa, el perro no podrá compartir cama con el bebé y surgirán las dudas.
Enseñar a ese perro a dormir en otro sitio costará más que si desde que era un cachorro le hemos enseñado, como es lógico. Este mismo asunto ocurre cuando por ejemplo nos vamos de vacaciones o le dejamos al cuidado de algún amigo o familiar. Por lo que aunque nuestro cachorro nos parezca ideal y nos apetezca consentirle determinados caprichos, siempre es conveniente pararse a pensar en el futuro.
Pasos para enseñarle
Los perros necesitan tener su espacio, “su sitio”, donde poder tumbarse y estar a gusto, y tenemos que pensar que el hecho de que les permitamos subirse al sofá o a la cama no hace que estén más cómodos.
Lo ideal es que desde que son cachorros tengan su propia cama, que sea blanda y lo más confortable posible, para que el animal esté a gusto en ella. Otros prefieren, por ejemplo, dormir en un transportín o jaula adaptado a su tamaño, ya que dentro se sienten resguardados y protegidos, más aún si desde pequeños les enseñamos a dormir ahí.
Para encontrar un lugar adecuado es aconsejable:
- Evitar zonas frías o de corrientes: si el perro va a dormir en el exterior, deberá tener al menos una caseta o similar donde poder resguardarse del frío o donde además si llueve, no se moje.
- Deberá poder salir y entrar sin problema, por si necesita hacer sus necesidades en algún momento.
- Cuanto más blandita sea su cama y más grosor tenga para que no note el suelo, más confortable le parecerá: si es recogida en los bordes, llegar a hacerse una rosquilla con su cuerpo y descansará mejor.
- En razas muy grandes se pueden utilizar por ejemplo colchones de cuna, a los que se pone una funda y eso nos permitirá cambiarla siempre que se necesite.
Si se trata de un cachorro deberás armarte de paciencia para enseñarle cuál es su sitio para dormir. Las primeras horas e incluso noches seguro que se quejará e incluso llorará, pero después el perro buscará su cama e irá cogiendo la costumbre de dormir en ella. Con el tiempo, este será un lugar donde estar tranquilo, caliente y relajado.
En el caso de que viajemos o si se queda con alguna otra persona, lo ideal es llevar su cama para que extrañe lo menos posible y sepa cuál es “su sitio” en ese hogar temporal. De este modo, colaboraremos a que no pierda el hábito que ya tenía.
En el caso de cambiar la costumbre a un perro adulto, por ejemplo, de 10 años, las cosas se complican. Si por ejemplo duerme en nuestra cama y queremos que lo haga en su cesto, debemos enseñarle poniéndolo cerca de nosotros para que no extrañe y aprenda cuál es su “nuevo” sitio. Una vez que se haya acostumbrado, podemos ir sacándolo de la habitación poco a poco, primero unos metros hasta poner su cama en el salón.
Al principio insistirá en subirse a la cama, pero al final buscará una zona confortable, y por eso en estas situaciones ayudará el tipo de cama que le pongamos. Una cómoda y acorde a cada raza de perro nos facilitará mucho las cosas.
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