Cómo quitarle el miedo a un perro
Licenciada en Veterinaria por la Universidad Alfonso X El Sabio desde 2009 y especializada en pequeños animales, perros, gatos y roedores.
Cuenta con su propia clínica veterinaria, donde dan servicio de consulta, pruebas de laboratorio y diagnóstico, hospitalización y cirugía.
Los perros, en términos generales, son animales dóciles, sociables y muy cariñosos, pero como los humanos también pueden ser ariscos, rebeldes o incluso, miedosos. Muchas veces, esto es una característica propia de su personalidad difícil de cambiar, pero otras, con esfuerzo, rutina, trabajo en equipo y ayuda, podemos mejorar la conducta de nuestro can.
En ocasiones, para conocer los miedos y las inseguridades de nuestro compañero peludo debemos remontarnos al origen de nuestra convivencia con él, e incluso antes. De ahí que sea importante tener en cuenta:
- Si nuestro perro ha sido adoptado, por ejemplo, en una protectora y ya no es un cachorro, puede tener miedos que vienen asociados a esta etapa de su vida. Lo mismo sucede con animales que ya hayan convivido con otra familia o que han sido abandonados. En estos casos, es muy normal que haya que trabajar estas inseguridades para conseguir que nuestro fiel amigo pueda tener una vida feliz.
- Si nuestro perro ha llegado a casa siendo un cachorro, normalmente es más fácil corregir los miedos, pero para ello es fundamental que nuestro pequeño amigo sociabilice con otros perros desde el principio, juegue, salga a la calle, etc. De esta manera, será más fácil que se adapte.
Aun así, hay mascotas más miedosas que otras. Si es el caso de la tuya, recuerda que siempre podremos buscar ayuda en un veterinario o en un etólogo.
¿Cómo saber si un perro tiene miedo?
Muchas veces no es tarea sencilla localizar el origen del miedo en nuestra mascota, sin embargo, sí podemos alertarnos de que algo sucede si observamos los siguientes signos cuando vamos a acariciarle, por ejemplo:
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Pone las orejas hacia atrás.
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Mete el rabo entre las patas.
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Abre mucho los ojos con cara de asustado.
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Se le eriza el pelo del lomo.
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Tiene temblores por todo el cuerpo.
Todos estos signos evidencian que algo está ocurriendo, y tendremos que tratar de encontrar la causa, que puede ser de todo tipo, desde un ruido que le provoca pánico, un dolor en alguna parte de su cuerpo, o en casos extremos, que haya podido ser maltratado en el pasado.
¿Qué podemos observar en perros miedosos?
Cuando un perro está asustado, puede expresar esos miedos de distintas maneras:
Ataque
Puede ocurrir que nuestro perro sea bueno, pero que frente a una situación de estrés o miedo se vuelva agresivo, gruña, saque los dientes e incluso ataque. La mayoría de las veces ni su propio dueño espera esta reacción de su mascota, pero la realidad es que es un animal, y nunca sabemos al 100% cómo puede reaccionar ante una situación que para él es límite.
A veces, momentos tan habituales como acudir al veterinario, pueden hacer que nuestro can se agobie más de la cuenta, se vea acorralado y trate de morder o defenderse cuando quieren, por ejemplo, ponerle una vacuna, cortarle las uñas o examinar sus oídos.
Esto no quiere decir que nuestro perro sea malo, simplemente tiene miedo y reacciona así.
Huida
Otras veces frente a un miedo extremo, el perro comienza a caminar hacia atrás, inclina las orejas y es posible que, si va sin correa, pueda escaparse o al menos intentarlo.
Estas situaciones pueden ser peligrosas, ya que el miedo les perturba de tal manera, que puede resultar imposible cogerlo de nuevo y pueden llegar a perderse.
Es habitual que pase con ruidos fuertes como el de los petardos.
¿Qué podemos hacer frente a un perro con miedos?
Debemos tratar de ir a la raíz del problema siempre que se pueda. A veces conocer esa causa es más fácil que otras. Por ejemplo, si tiene miedo a la tormenta es más sencillo de identificar que si la inseguridad viene de un maltrato en el pasado, ya que podemos desconocerlo.
Una vez sepamos cual es el miedo, podemos trabajarlo con refuerzos positivos, mediante premios cuando esté tranquilo de nuevo o cuando deje de ladrar, por ejemplo.
Si no nos vemos capaces de ayudar a nuestro perro por nosotros mismos (no siempre es una tarea fácil), lo recomendable es tratar el tema con un etólogo, que investigará cual es el origen de ese miedo y podrá actuar de la mejor manera y darnos las indicaciones precisas.
Debemos tener en cuenta que estos miedos suelen ser crónicos y no pasajeros, por lo que no se corregirán por si solos y es muy probable que vayan a más, por eso cuanto antes se trate al animal, mejor. Muchas veces, esperar a que la cosa mejore por sí misma, puede complicar todo y un perro que simplemente es miedoso y tiembla, puede llegar a ser agresivo cuando tiene miedo.
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