Pancreatitis en perros: ¿Se puede curar?
Licenciada en Veterinaria en el 2010 y con titulo de especialización de animales exóticos y salvajes por la Universidad Complutense de Madrid. Veterinaria senior en la Clínica Zarzaquemada.
El páncreas es un órgano que se encuentra en el abdomen craneal. Cuando hay una inflamación del páncreas, las estructuras colindantes pueden verse afectadas.
Este órgano tiene dos funciones principales:
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La función exocrina: segrega unas enzimas que permiten hacer la digestión de grasas y proteínas ingeridas en el alimento.
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La función endocrina: produce distintas hormonas, como la insulina, glucagón y somatostatina, que se encargan de regular la concentración de glucosa en sangre para poder ser utilizadas por los órganos.
¿Cuáles son sus causas?
Hay muchas causas por las que se puede desarrollar esta enfermedad. Entre ellas, se incluyen:
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Dietéticas: las dietas ricas en grasas son un desencadenante muy común de las pancreatitis.
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Genéticas: hay razas con una mayor predisposición a desarrollar esta enfermedad, entre ellas, encontramos los schnauzer miniatura, los cocker spaniel y los caniches.
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Medicamentos: hay ciertos medicamentos que pueden aumentar el riesgo de padecer pancreatitis, pero la propia administración de estos, no quiere decir que el animal vaya a padecer la enfermedad obligatoriamente.
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Trastornos metabólicos: los perros con obesidad, diabetes mellitus o hipotiroidismo tienen un mayor riesgo de desarrollar pancreatitis.
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Traumas: un traumatismo en el abdomen, como un golpe fuerte, puede inflamar el páncreas o las estructuras adyacentes y desencadenar la enfermedad.
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Infecciones: esta es la causa menos frecuente; es más común en gatos y se produce por PIF o toxoplasma.
¿Qué síntomas tiene esta enfermedad?
Los principales signos de esta enfermedad son:
En este caso, los signos de dolor abdominal que muestra el animal son:
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Va encorvado
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Adopta una postura de “rezo” (con el pecho en el suelo y la parte trasera elevada)
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Vocaliza emitiendo aullidos, lloriqueo, etc.
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A la palpación, veremos un abdomen en tabla y muy duro.
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Vómitos: este es uno de los síntomas más comunes y puede ser persistente.
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Diarrea: podemos ver heces líquidas, aunque también con esteatorrea (como con grasa).
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Fiebre.
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Letargo: pueden mostrar una marcada disminución en la actividad generalmente por el dolor abdominal.
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Anorexia: la falta de apetito es muy común por el malestar generado.
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Deshidratación: esto suele ser el resultado de los vómitos y diarreas persistentes.
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Hinchazón abdominal: suele ocurrir en casos muy severos.
Como se puede comprobar, los signos clínicos son muy poco específicos, porque coinciden con multitud de patologías, por ello, se deberán realizar diferentes pruebas diagnósticas.
¿Cuál es el diagnostico?
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Historial clínico y examen físico: es muy importante evaluar los síntomas del perro, su alimentación y posibles medicaciones que esté tomando para ir descartando diferentes patologías.
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Pruebas de laboratorio: en el hemograma podremos encontrarnos un aumento de los eritrocitos y hematocritos debido a la deshidratación y alteraciones en la serie blanca, como aumento de los leucocitos. Por otro lado, en la bioquímica podremos encontrar un aumento en las enzimas hepáticas, que a su vez, pueden aumentar los niveles renales (debido a la deshidratación) y lo que encontraremos es una elevación de las enzimas pancreáticas: la amilasa y la lipasa.
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Pruebas específicas de pancreatitis: la prueba de la lipasa pancreática canina (cPLI) es una de las herramientas más específicas y sensible para el diagnóstico de pancreatitis.
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Ecografía abdominal: es una prueba muy útil y especifica. Podremos observar un páncreas agrandado e hipoecoico, lesiones cavitarias como abscesos o pseudoquistes, conducto pancreático dilatado, duodeno inflamado, peritonitis, etc.
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Radiografía abdominal: aunque es menos especifica que la ecografía puede ayudar a descartar otras causas del dolor abdominal, como una obstrucción intestinal.
¿Qué tratamiento suministrar?
El tratamiento de pancreatitis dependerá de lo grave que sea la enfermedad. Su objetivo es reducir la inflamación, controlar el dolor y evitar complicaciones y puede incluir:
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Hospitalización: en los casos de moderados a severos. Será necesaria la administración de fluidoterapia intravenosa para prevenir la deshidratación y mantener un adecuado equilibrio de los electrolitos.
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Medicamentos: incluyen analgésicos para controlar el dolor, antieméticos para prevenir el vómito y en algunos casos, será necesaria la administración de antibióticos para tratar infecciones secundarias.
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Ayuno: inicialmente, puede ser necesario restringir la ingesta de alimentos (a veces, es recomendable hacer un ayuno de hasta 36 horas) y agua para permitir que el páncreas descanse. Posteriormente, introduciremos dietas bajas en grasa.
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Soporte nutricional: en casos muy graves en los que el animal se niegue a comer, se puede introducir una sonda para administrar la dieta.
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Dieta a largo plazo: una vez que el animal esté estable o en casos leves, la dieta jugará un papel muy importante para la recuperación del páncreas y evitar recaídas, le ofreceremos siempre dietas bajas en grasa.
¿Cómo prevenir la pancreatitis?
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Dieta adecuada: mantener una dieta equilibrada y baja en grasas, sobre todo en aquellas razas con una predisposición genética.
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Control del peso: Mantener un peso saludable para evitar la obesidad.
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Evitar alimentos de humanos: generalmente son dietas más grasas y poco equilibradas.
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Revisión veterinaria regular: controles veterinarios periódicos, analíticas anuales para detectar lo antes posible los problemas de manera temprana.
Si observas que tu perro está decaído y no responde igual que siempre, no lo dudes y ve al veterinario. Nadie mejor para valorar qué le puede estar sucediendo y poner un tratamiento adecuado si lo necesita. Recuerda que MAPFRE cuenta con un Seguro de Mascotas con una amplia red de centros veterinarios a tu disposición además dl Servicio telefónico de orientación veterinaria.
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