Silbatos de ultrasonidos para perros
Licenciada en Veterinaria por la Universidad Alfonso X El Sabio desde 2009 y especializada en pequeños animales, perros, gatos y roedores.
Cuenta con su propia clínica veterinaria, donde dan servicio de consulta, pruebas de laboratorio y diagnóstico, hospitalización y cirugía.
¿Qué es un silbato ultrasonidos para perros?
Es un silbato común que tiene en su interior una hoja conocida como “fipple”, al entrar en su interior un flujo de aire suave, crea un remolino que hace que genere una vibración y a su vez produzca el silbido.
Tenemos que saber que el oído de los perros es bastante más fino que el de los humanos, por lo que pueden percibir sonidos a más largas distancias y además bastante antes que nosotros.
Esto se debe a que pueden escuchar ondas emitidas entre los 30 y los 60 kHz, mientras que nosotros solo somos capaces de captar ondas emitidas hasta los 20 kHz. Por lo que el silbato emitirá un pitido muy agudo casi imperceptible por el oído humano, mientras que ellos sí lo escucharán, pero sabiendo que el sonido no les infringirá dolor ni molestia alguna.
Justo esta es la gran ventaja de los silbatos de ultrasonidos frente a los tradicionales, al no ser molesto ni llamativo el pitido no incomodamos a nadie mientras se está usando.
Para graduar la emisión del pitido, estos silbatos tienen dos sistemas, o bien a través de un cabezal de rosca o bien por un tornillo, en ambos casos debemos ajustarlo hasta que veamos que a nuestro perro le llama la atención, sin ser molesto ni provocarle sensación de nervios o ansiedad.
¿Cómo funcionan?
Existen diferentes tipos de silbatos en el mercado con variedad de precios, básicos y hasta electrónicos, pero la funcionalidad es la misma, llamar la atención de nuestro perro.
Para ello, lo ideal es comenzar desde cachorro y siempre que podamos con ayuda de un etólogo o adiestrador que conozca su funcionamiento, que nos enseñe cómo hacerlo podrá ayudarnos bastante a darle un buen uso.
Podremos utilizarlo de dos maneras:
Llamar la atención
La inicial y recomendable es utilizarlo para la llamada de atención, y si responde y viene a nosotros siempre recompensarlo, para que asocie el silbado a algo bueno. Puede ser un ejemplo en perros que van a por otros perros o se “despistan” en la calle o en el parque. Al silbar y venir, daremos premio. Muchas veces como hemos dicho anteriormente, estas conductas de desobediencia pueden necesitar de un especialista del comportamiento además de utensilios como el silbato. Si tienes dudas sobre el comportamiento de tu mascota, incluso sobre alimentación, vacunas… el Seguro para Animales MAPFRE pone a tu disposición un consultorio telefónico, además de ofrecerte todas las coberturas necesarias para que tu amigo crezca sano y feliz.
Adiestramiento
Una vez que el perro se acostumbre, podremos avanzar más. Por ejemplo, dar órdenes como “sentado”, “quieto”, “tumbado” o “ven” y luego asociar a un ritmo de pitidos con el silbato: “ven aquí” pitido largo; o “quieto” algo más corto.
Este tipo de herramientas puede y se utiliza en perros de rescate, o perros de trabajo, para llamar su atención y que vengan a la llamada de una manera rápida y eficaz.
Debemos empezar con el silbato poco a poco; es decir el primer día que vamos a introducir este elemento en su rutina no podemos hacerlo una hora del tirón. Podemos dedicarle los primeros días 10 minutos o 15 e ir subiendo gradualmente para enseñarle y educarle.
Una vez esté acostumbrado, será útil para llamar su atención o lo que en cada caso estemos buscando, pero el entrenamiento deberá ser poco a poco.
Lo más importante es tener paciencia, no todos los perros y razas son iguales, hay unos muy inteligentes y que responden bien, mientras que otros son más despistados y les costará más, aunque tarde o temprano lo acaban consiguiendo.
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